La máquina de fútbol azulgrana, la misma que había fabricado hasta 39 goles en los últimos diez partidos, ha cerrado por vacaciones y el equipo más en forma del momento se tomó un respiro en la Copa del Rey y ya no volverá a actuar hasta el año que viene.
El encuentro de ida de los octavos de final de la Copa del Rey frente al Athletic Bilbao finalizo 0 a 0, en donde el Athletic ni siquiera se acerco a la portería defendida por Pinto, pero también desdibujando a un Barça sin dar ni una sola patada: desde el orden, la colocación y la concentración de sus jugadores, un muralla infranqueable para los azulgranas durante los noventa minutos.
De entre ir a buscar al Barça o esperarlo atrás, Caparrós escogió esta segunda opción. Quizá porque la última referencia de un equipo que fue a jugarle a los azulgranas de tú a tú fue el Espanyol y se llevó cinco o tal vez pensando que en el torneo del KO, San Mamés puede pesar lo suyo el Día de Reyes.
Sea como fuere, el técnico del Athletic dispuso un once poblado de centrocampistas para obstaculizar las vías de creación, sobre todo interiores, de los de Guardiola: un equipo aguerrido, con las líneas muy juntas y con el pequeño Igor Martínez como sustituto del lesionado Llorente en punta.
El Barcelona, con Villa y Messi en el banquillo, dominó como en él es habitual desde el inicio, pero apenas se acercó con peligro a la meta defendida por Gorka Iraizoz, quien sólo tuvo que emplearse en tiros lejanos de Iniesta, Xavi y Bojan.
La revancha se disputará el 5 de enero en San Mamés, aunque el conjunto catalán tiene el antecedente de haber ganado la Copa del Rey y la Supercopa ante el equipo vasco en 2009.
Recordar que en la misma competencia el Málaga del técnico chileno Manuel Pellegrini visitará a Sevilla este miércoles y Real Madrid del portugués José Mourinho recibirá a Levante, en los duelos más destacados.
El Barça no pudo pasar del empate y ahora le espera un complicado
partido de vuelta en San Mames.
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